Hemos salido de Las Vegas con la sensación de que en el MGM Grand no se nos ha tratado como en otros hoteles en los que hemos estado. Creemos que el hecho de ser uno de los hoteles más grandes del mundo hace que el trato sea menos personal. Lo que nos parece intolerable de todas todas es que en los hoteles de España todos los recepcionistas hablan como mínimo dos idiomas. En Estados Unidos, o hablas inglés o te jodes. Así de claro, por lo menos en todos los que hemos estado hasta ahora.
Antes de tirar millas hemos probado por primera vez las lavanderías de por aquí con el siguiente resultado al no haber acertado con el programa adecuado de la secadora...
Tras haber secado en minutos la ropa con el infernal calor de Las Vegas, hemos continuado nuestro peregrinaje hacia Yosemite pasando antes por Death Valley. Aunque el hecho de pasar por un desierto a muchos no les atraiga demasiado, nosotros se lo recomendamos a todo el mundo aunque sólo sea por ver el lago salado Baldwin y sentir lo que es de verdad el calor. A las 18h estabamos a 45 grados, pero la sensación térmica era muy superior. El viento, que nunca para de soplar por allí, hace que te quemen los ojos y que se te sequen en segundos y mientras intentas respirar, el mismo aire caliente te crea una sensación de agobio a la que aunque parezca mentira te acostumbras en minutos...
Hemos podido contemplar la puesta de sol desde el mismo parque, algo de película...
De nuevo no hemos tenido que pagar por entrar en un parque, parece que por aquí cuando llegas de tarde los garitos están cerrados y no te cobran. O eso o nos hemos escaqueado sin quererlo...pero eh!, sin quererlo...
Hemos terminado el día en Bishop un pueblecito lleno de vida y tiendas, antes de abordar mañana la entrada a Yosemite. Pero eso lo contaremos otro día...Por hoy ya vale, ha sido una vez más un día inolvidable...